El color del packaging de la industria alimentaria
La estética del empaque cumple una función vital en la comercialización de productos. Su diseño atractivo y funcional puede atraer clientes sin necesidad de promoción adicional en el anaquel. Para destacar en un mercado competitivo, las empresas deben cumplir con las cinco “Fs”: fácil de identificar, almacenar, comprar, abrir y desechar/reciclar. El empaque cobra importancia al integrarse completamente en la cadena de valor, desde la materia prima hasta el consumidor final, contribuyendo significativamente a la economía, donde la selección de materiales adecuados en su fabricación es base para garantizar la seguridad y presentación del producto.
En el ámbito de la innovación dentro de la industria del packaging, se emplea el masterbatch para la coloración de envases destinados a alimentos. Esta práctica no solo simplifica la identificación y diferenciación de productos, sino que también eleva la experiencia de compra y la percepción de calidad. Además de su función básica de coloración, el masterbatch puede ofrecer efectos especiales, como el cambio de color termocromático en respuesta a variaciones de temperatura, y contribuir a la economía circular al posibilitar la coloración de resinas recicladas.
El packaging elaborado con plásticos ofrece una serie de beneficios clave que lo hacen indispensable en nuestra vida cotidiana. En primer lugar, garantizan la seguridad alimentaria al someterse a rigurosos controles y verificaciones internacionales y nacionales. Esto proporciona transparencia al consumidor sobre la composición y trazabilidad de los productos que adquieren. Así como en la conservación de alimentos, prolongando su vida útil y reduciendo el desperdicio alimentario. Por ejemplo, un empaque puede extender la frescura de un filete de carne hasta 10 días más, lo que ayuda a minimizar las pérdidas de alimentos y los recursos utilizados en su producción.
Los avances en los procesos de fabricación, como la extrusión multicapa o coextrusión, está transformando el diseño de empaques hacia opciones más ligeras y versátiles. Para garantizar su calidad, se consideran factores como presión, velocidad y esfuerzo de corte durante el diseño de la maquinaria. Se recomienda el uso de materiales robustos y películas con mayor espesor para minimizar los daños y fortalecer el sistema de empaque.
Además, se debe prestar atención a la integración precisa de las capas en el proceso de coextrusión para evitar deformaciones o separaciones, lo que requiere un cálculo preciso de la distancia que las resinas recorren juntas en la extrusora. Al mantener viscosidades similares entre las capas y una temperatura uniforme, se logra una mezcla efectiva y se previenen variaciones en el espesor. Así mismo, un diseño apropiado de la maquinaria y condiciones laborales idóneas son esenciales para evitar la degradación del material.
La coextrusión abre la posibilidad de combinar una variedad de resinas como PE, PP, PS y PVDC, junto con resinas adhesivas, para mejorar diversas propiedades del empaque. Estas mejoras abarcan desde la fuerza de fricción, claridad y resistencia a la punción hasta el sellado térmico y las barreras protectoras contra oxígeno, aromas y humedad, además de la apariencia del empaque, especialmente cuando se agrega una capa externa coloreada mediante el uso de masterbatch. Lo anterior no solo prolonga la vida útil de los alimentos, sino que también ofrece soluciones económicas, atractivas y de calidad en la industria del empaque de alimentos.
• Expertos de colorbatch.
• Sánchez, J.C. (2019). El vendedor silencioso: Pensar fuera del envase. Ambiente Platico, AP91.
• Barón, M. A., Stobie, J. (2019). El poder de la coextrusión. Ambiente Platico, AP91.
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